ORIGEN DEL CRISTIANISMO
El cristianismo surgió del judaísmo, por ello es que se hace automático examinar en el espacio político-religioso judío con el cese de atinar los inicios del cristianismo. En periodos helenos, el país judío había utilizado de grande liberación, bajo los dirigentes seleúcidas. El ósculo de los romanos con los judíos comenzó en el año 63 a. de C. y, más o menos del año 6 de nuestra era, Judea se convirtió en una comarca postura bajo el llamador de un procurador romano. Sin embargo, continuó la alerta, aumentada por las porciones entre los mismos judíos. Los saduceos pugnaban por una palabra rigurosa a la probidad hebrea, rechazaban toda esperanza de salvación personal y estaban a favor de la los romanos.
Los fariseos seguían rigurosamente el culto judío y, no obstante deseaban rescatar a Judea del ejercito romano, no apoyaban los despiadados para llegar a su fin. Los esenios eran una secta que vivía en tribu religiosa cerca del océano Muerto. En centro de la riña y de los problemas de Judea, Jesus de Nazaret comenzó su catequesis pública. Jesucristo creció en Galilea, importante sitio de los militantes zelotes.
El aviso del Redentor, básicamente, era muy directo. Dio validaciones a sus colegas judíos de que no intentaba debilitar su dogma ancestral: “no piensen que he correspondido a cancelar la legislación o los agoreros; no he manado a abolirlos, sino a darles cumplimiento”.
De acuerdo con Jesucristo, lo importante no era el severo radicalismo de la medida y el acatamiento a las leyes y a las oposiciones, sino la alteración de lo íntimo de la persona: “así, en todos los eventos, haz a los demás lo que te gustaría que los otros te hicieran, porque esto resume la clase y los profetas”.
El mandamiento de Dios era muy sencillo, amar a Dios y al prójimo: “ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, toda tu alma, toda tu mente y con toda tu fuerza. El segundo mandamiento es: ama a tu prójimo como a ti mismo”.
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